¿Está Nextlix cambiando el significado del anime?

Manuel Gutiérrez
Netflix anime - 2

Con nuevas series originales y una vasta biblioteca de clásicos, Netflix está causando sensación en la industria del anime. Pero, ¿puede el anime original de Netflix realmente considerarse anime?

La popularidad del anime se ha disparado recientemente en todo el mundo, cautivando a personas de todas las edades y sexos. Sin embargo, con su creciente número de seguidores, la industria también ha experimentado una transformación significativa.

La línea que separa el anime de la animación se está difuminando, en parte gracias a gigantes del streaming como Netflix.

Pero ahora que Netflix tiene los derechos exclusivos de distribución de series como The Seven Deadly Sins y está creando sus propias series originales de “anime” para el público occidental, la transformación de la industria podría hacerla irreconocible para los aficionados.

¿Se puede hacer anime en Estados Unidos? ¿Se convertirá Netflix en uno de los mayores estudios de anime? Así es como el gigante del streaming está cambiando el significado del anime, para bien o para mal.

Netflix y el anime: Breve historia

En 2014, tras sumergirse en el mundo del anime, Netflix dio el paso y produjo su primera serie original. Esta estuvo basada en el manga Knights of Sidonia. A partir de ahí, la cosa no hizo más que crecer.

Uno de las primeras series de animación de Netflix que emula al anime: Knights of Sidonia.

En los años siguientes, Netflix licenció en exclusiva varias series de anime populares, incluida la popular Little Witch Academia de Studio Trigger, consolidando al gigante del streaming como un serio contendiente frente a grandes nombres como Crunchyroll y Funimation.

Luego, a finales de 2017, Netflix hizo otro compromiso significativo con el anime. Anunció una inversión de 8.000 millones de dólares para que el 50% de su biblioteca de contenidos fuera original, abarcando varios géneros, con el anime como punto central.

Para 2021, el productor jefe de anime de Netflix, Taiki Sakurai, reveló un ambicioso plan para lanzar 40 nuevas series de anime al año. Lo que demuestra la fuerte dedicación del gigante del streaming a la industria del anime.

Además de su actual biblioteca de anime, que incluye queridas obras de Studio Ghibli y clásicos como FullMetal Alchemist: Brotherhood. Netflix se aventuró a producir series originales que hoy conocemos y amamos, como Castlevania: Nocturne, Captain Laserhawk y su último éxito, Pluto.

Pero, ¿puede realmente hacerse anime en Estados Unidos?

Para responder a esta pregunta, primero tenemos que analizar la definición de anime.

¿Cuál es la definición de anime?

Tradicionalmente, el anime se refiere a la animación dibujada a mano y/o generada por ordenador. Producida exclusivamente en Japón, y con una importante aportación creativa japonesa. Ejemplos de esto son Studio Ghibli y MAPPA.

Sin embargo, Netflix ha puesto en marcha un desafío a esta concepción convencional del anime. Al proporcionar financiación y producir series de este estilo, destinadas a un público occidental, como en el caso de Castlevania.

Con todo esto ha surgido un debate en la comunidad del anime. Este se centra en trazar la línea divisoria entre el anime y los dibujos animados occidentales.

Para algunos, la inclusión de series populares como Avatar en la categoría de anime difumina la distinción, lo que les lleva a argumentar que creaciones como Captain Laserhawk de Netflix y Castlevania: Nocturne también deberían considerarse anime.

Por otro lado, hay puristas que se adhieren a una definición más estricta, reservando el término “anime” exclusivamente para series de televisión y películas tradicionales de origen japonés, como Death Note, Pokémon o Sailor Moon.

La tensión entre estas dos perspectivas pone de manifiesto la naturaleza evolutiva del género del anime en un panorama mediático globalizado.

Anime tradicional frente al anime de la nueva era

Analicemos más detenidamente este debate.

Para muchos tradicionalistas, el término “anime” tiene un significado cultural especial para la animación estrechamente vinculada a Japón. En su opinión, la amplia aplicación del término por parte de Netflix difumina los límites culturales del medio, lo que suscita preocupaciones sobre la apropiación cultural y la dilución de la identidad del anime.

Por otro lado, sin cambio no hay progreso. El anime era una industria moribunda, que sufría altibajos y falta de beneficios… hasta ahora.

La industria del anime está prosperando como nunca antes y esto, en parte, se debe a un público occidental cada vez mayor.

El impacto de la participación de Netflix

La entrada de Netflix en la industria del anime está claramente impulsada por incentivos económicos y el deseo de ampliar su audiencia mundial.

Esta decisión estratégica no sólo tiene sentido desde el punto de vista empresarial, sino que también introduce cambios significativos en la economía de la producción de anime.

Como reveló Kazuya Masumoto, director de Studio Trigger, en el evento de anime Machi Asobi (según recoge Gigazine), el coste de crear un episodio estándar de anime de 30 minutos ha aumentado significativamente, oscilando ahora entre los 25-30 millones de yenes para los estudios más pequeños y alcanzando los 50-60 millones de yenes por episodio para los más grandes.

La inversión financiera de Netflix en el anime ha mejorado innegablemente la calidad de la producción y ha proporcionado a los creadores presupuestos más sustanciosos.

Si bien esto es una ventaja para los engranajes individuales de la maquinaria del anime, como artistas, guionistas y actores, también plantea retos para los estudios más pequeños, ya que dificulta económicamente la producción de obras originales.

La expansión de la audiencia del anime también es evidente. Gracias a plataformas como Netflix, el anime se ha generalizado, y celebridades como los hermanos Sprouse y Megan Thee Stallion han expresado su amor por este género en la música, en redes sociales y en fiestas llenas de celebridades.

El documental de Netflix “Enter The Anime” arroja luz sobre su papel en la redefinición de los límites del anime y presenta a creadores occidentales como Adi Shankar, productor de “Castlevania”, junto a creadores y actores japoneses.

Este énfasis en la participación occidental subraya la intención de Netflix de remodelar la percepción del anime como un medio global que trasciende las fronteras geográficas y culturales.

Con Netflix sacudiendo el modelo de producción tradicional, el anime es ahora tan accesible al público occidental como al japonés.

Esta influencia está reconfigurando la industria para satisfacer gustos más amplios y populares, lo que plantea interrogantes a los aficionados sobre la posible transformación del medio que tanto aprecian.

Netflix, el anime y el panorama general

Aunque el debate sobre lo que se considera anime sigue abierto, es importante reconocer que las definiciones evolucionan con el tiempo. Por lo tanto, a medida que el panorama global de la industria del entretenimiento esté más conectado, las etiquetas de anime y animación cambiarán para reflejarlo.

Sin embargo, la rápida influencia de Netflix en la industria del anime es innegable. El gigante del streaming ha contribuido a su crecimiento financiero, ha aumentado su alcance global y ha desafiado las definiciones tradicionales. Pero la esencia del anime seguirá siendo la misma.

Sus historias y estilos artísticos únicos seguirán capturando la imaginación del público mundial, independientemente de la etiqueta que se le ponga.

Al final, lo que realmente importa es la apreciación de esta industria vibrante y en constante evolución, ¿no te parece?